viernes, 22 de abril de 2011

Felicitas


Versos tardíos que no condicen con
tu quijotesco título de adelantada,
para que en humilde nobiliario, el siempre
impredecible arribo
                 de la felicidad.

Versos tardíos que llegaron a cantar
a tu sonrisita desdentada de
abriles y septiembres, como si la angelical
pureza se perdiese en cada año por diente
                 y diente por año.

Versos tardíos en rima infantil, de bebita
y diminutivos lúdicos: jueguitos que
bajo mi mano se cuelan imaginándote
en mi puerta y el llamado al tío
                 por caramelos de miel.

Miel de versos tardíos, con tus ojitos
chocolate y tu ser dulce de golosina
que en nombre del amor sin palabras,
me hiciste creer que siempre serás
                  la más bella poesía

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