jueves, 27 de septiembre de 2007

De la Belleza (o de lo Bello)

No importa el cánon de belleza desde el que se mida o evalúe. Esa labor la dejo a los historiadores del arte...
La belleza acompaña a los sentimientos mas puros del hombre desde tiempos inmemoriables; o al menos dentro de mi ignorancia, me aferro a esa creencia.
Para Cecilia...
V.B.




De la Belleza (o de lo Bello)

Me encandila el vuelo de ángeles y querubines
que ofician de portavoces de los augurios de
hermosuras que se perciben como flores en
la primavera de inmaduros sueños.

El calor de sus abrazos, sus sonrisas inmaculadas
y sus aterciopeladas voces son inefables. Y yo, su
mísero espectador, rehúyo del temor a los dolores
pasados.

Sus suaves manos componen tiernas melodías cargadas
de emoción y de pasiones: esbeltas, puras, sinceras.
Construyen un mundo inocente con la suavidad de
acolchonadas cosquillas, límpidas y amables.

Aureolas doradas prenden de sus lacias y largas cabelleras.
Su mirar claro apacigua el latir extático de mi
corazón, que no logra apreciar la sencillez
de sus armoniosos coros, de sus composiciones deliciosas.

Y ellos, que también ofician de maestros dignificando el
amor, me escuchan y me comprenden. Me aman y los
amo, porque serenan mi vida y me permiten junto
a ellos aprender a imaginar. Me toman en brazos

y me acunan. Susurran palabras incomprensibles a los
oídos mundanos. Con espíritu maternal entre cientos
de sonrisas detienen el reloj del tiempo y los minutos
se convierten en milenarias centurias donde cantan

historias de princesas, de odas y de malvados. Viejas historias
donde cincelan mi figura, adornándome de belleza y de paz,
de amor y libertad; en esa marcha sideral
en donde todo lo mágico aún es material.

Valentín Borlazno
Lomas de Zamora, 15 de junio de 2006

Del Amor y la Ternura

¿Qué es el amor?. Sinceramente no lo sé.
¿Por qué se ama a alguién?. Sinceramente no lo sé.
Solo sé que cada estrofa, cada verso y cada sencilla palabra tiene nombre de mujer en sus espaldas.
A veces esos nombres se olvidan antes de llegar a guardarlo en la memoria, pero de eso se trata el amor...
V.B.


Del Amor y la Ternura

Vuelo mas allá del todo y del cosmos.
Vuelo entre sábanas de perfumes suaves
que acarician mi piel convirtiéndose en
alas que me permiten mas alto volar.

Mi cuerpo se deshace, vuelo como un
alma vagante de un universo recóndito y
susceptible de armonía y tranquilidad;
espíritus suaves, cavilantes del ayer.

Mis alas rozan a la luna, plateada y brillante.
Toma ella control de las de las fantasías de mi
corazón, de amores lejanos con plumas de gorrión
que guarnecen la dulzura del mundo.

Y vuelo, pues, en aquel mundo imaginario.
El mundo que vos con tiernas manos compusiste
para mí como regalo de tu corazón puro,
que tinta de belleza mis restos de deshauseada humanidad.

Vos, que con tímidas sonrisas y miradas fulgantes
deparas verdes praderas, espejos de tus hermosos ojos,
en donde el vuelo que emprendí se detiene para
rendirme a tus pies y me cobijas con el calor de tus brazos

fuertes, los mismos que la luna entre mil fruslerías
tejió para mí. Volar, para llegar a tu lado,
para sentir que la belleza de tu ser se apiada de
mi malograda existencia atiborrada de penas

y desencantos pasados. Vuelo, y este vuelo que es mi
mas ansiado sueño acaba por despertar. Y en mis manos,
entre sábanas tibias hayé el regalo mas preciado:
las alas que bordaste para que vuele y te pueda volver a soñar.

Valentín Borlazno
Lomas de Zamora, 18 de mayo de 2006








Del Odio

La tercera entrega de mis reflexiones sobre ¨lo importante de la vida¨
V.B.


Del Odio

Buscando un instante de paz,
que me alcance la felicidad,
que no me arrodile ante el dolor,
y que la adversidad no me sobreponga.

Harto brillante será mi mundo,
la pequeña esfera de sueños y
derrotas pujantes de miseria y frustración.
Agobiantes truenos sobre un mar que estalló.

Muertes y delirios. Explosiones lejanas
aún retumban en el eco de gemidos de
placer de animales que aborrezco, que
violentan la paz con su magnificante edor.

Disparos de sombras claras de la noche
sin lunda mas horrible que pude oler,
ver y recordar con el claro aroma
áspero, de finas estupideces.

La escencia maligna humana de mi ser
tomó posesión de mi razón y en un hipócrita
acto de conmiseración arrastró los últimos
vestigios de una penosa humanidad a su

lecho de tumbas y locura, de desarraigos
lúgubres y macabros golpes de existencias
condenadas a sobrevivir en la memoria del
olvido, guarida de locos rufianes quienes

ignorados, son aparcelados con no mas límites
que la infinidad del cielo nocturno sobre
viejas terrazas de balcones medievales
con sueños ahorcados y derrotas arribadas.

Valentín Borlazno
Lomas de Zamora, 14 de mayo de 2006

domingo, 9 de septiembre de 2007

De la Soledad

Aquí va la segunda poesía que mencioné en la entrada anterior.
Espero que les guste.

Suyo...
V.B.

De la Soledad

Inmesurables bahías espumosas, visitadas por
bravos mares desde llanuras lejanas que
encierran el eco de gritos ahogados por la
profundidad del espacio azul.

Grilletes que no aprisionan mas que al vacío,
a la insaciable soledad que infame
remueve todo a ruinas y a la locura de esperar
el desierto poblado de almas innocuas.

Esa injerencia malversada, que con su mujeril
presentación confabula para hacerse dueña de víctimas
sensibles. Ella quien cruelmente absuelve de dolor a
sus víctimas, los encierra en un misterioso camino de muerte.

Ciega mis ojos, apabulla mi carne.
Mo olvida, pero yo la recuerdo. Despechada me odia por
saber entenderla. Disminuye mis esperanzas y me convierte
en un absurdo ser avergonzado de mis tentaciones.

Baldíos perdidos, recorridos por la pureza que
se desprende de grises nubarrones, que salpican desde
las alturas con su néctar la raíz del árbol perenne,
verdoso, que se aferra, a pesar del soplo aguerrido

de tempestades climáticas, a la vida, a su terruño.
Se despreocupa de los borrascosos tiempos, sin
olvidar el éxtasis de días cálidos, ahuyentados por
las caldeadas inclemencias que lo sumen en una

tenebrosa oscuridad... (¿Quién ha de jactarse con
la voluntad de mil dioses?)... Inestimable este que
sigue cabalmente su destino a pesar del añil
tinte que se le impregnó sobre sus coloridas vestiduras.


Valentín Borlazno
Lomas de Zamora, 14 de mayo de 2006

lunes, 3 de septiembre de 2007

Del Dolor

Hace mas de un año ya (el conteo secular de los segundos no cesa jamás y eso me es asquerosamente desahuseante), una noche se me ocurrió la idea de escribir sobre las ¨cosas importantes de la vida¨. Este texto fue el primero de una corta serie de cinco.
La idea fue hacerlo con una estructura de estrofas particular, y pensando en la ¨palabra importante¨, para que se produzca una lluvia de ideas en mi mente y esa vorágine sea plasmada en el papel. Fue una especie de experimento, y he aquí el resultado.
V.B.

Del Dolor

Solsticio nocturno de humos anegados
de pestilentes marchas de sufrimiento
y humillación;
vergüenza sin pudor.

Cementerios de fosas profundas, de
vacíos incomprensibles con malversados
destinos y letras negras, inútiles,
incompetentes, mucho menos sensatas.

Alturas inexpungables, grisados mástiles
de destrucción ultrajante. Muertes por
doquier, Marnes cegados de lujuria
y castración.

Esperanzas flexibles, sustanciosas,
banales y colapsadas, cúal alma de todos
aquellos que sufrimos la memoria del
colectivo atrincherado de recuerdos.

Dementes dueños de verdades lastimosas,
de espinas negras, que tiñen
con rojo oscuro y mal oliente
la fuente de la vida

de quién aún no perecio en
el desierto árido de voces calladas
por oídos sordos y miradas
repletas de temor y vergüenza,

pútridas, ineptas, llenas de odio
y ambición. Impunes por todo lo
que ya se perdió en sus manos
grotescas, poderosas que a nuestro futuro acorralaron.


Valentín Borlazno
Lomas de Zamora, 18 de mayo de 2006

Posibilidades

Siempre hay una historia que se concatena con esta poesía; indudablemente, la magia de este poeta es su facilidad para narrar una historia en breves versos y con un lenguaje sencillo, que se imbrica totalmente dentro de la vida cotidiana de cualquier ¨Fulano¨...
Valentín Borlazno

Posibilidades

Tú ignoras que yo te quiero
y tal vez nunca lo hayas de sospechar,
aunque eres para mí las estrellas, el claro de luna,
el alba, el ocaso y todo lo demás
que amaban los románticos del buen tiempo viejo
y que ya no se usa...

Es cuestión de categorías
y tú estás
varios peldaños más arriba...
Y yo no podré subir y tu no querrás bajar
(o no te dejarán bajar).

Por eso no puedes tener la más leve sospecha
de que cuando te miran, mi ojos, ávidos, te besan,
y como nunca, nunca lo sabrás,
sólo soy para ti uno de tantos amigos a quienes se dice:
¨Buenas noches, Fulano, ¿cómo sigue
de su catarro?¨ o poco más.


José Zacarías Tallet, en La Semilla Estéril. La Habana, 1951