sábado, 24 de marzo de 2007

Treinta Versos Libres


PARA LOS 30.000 DETENIDOS/DESAPARECIDOS DURANTE LA ÚLTIMA DICTADURA MILITAR.

PARA LAS FAMILIAS QUE SOBRELLEVAN EL DOLOR EN SUS CUERPOS.

PARA LA VERDAD, LA JUSTICIA Y LA MEMORIA.


Libres aquellos, cuales versos
tergiversaron la impúdica
tinta de la historia.
Cuales supieron despedazar
al olvido en un duelo del
pasado.
Libres aquellos que guían
los senderos de una renovada
esperanza, la misma que
su marchar impregnó
en los cimientos de esta
mágica escultura.
Libres aquellos, que supieron
deshacer los yugos de la
insensatez;
y desvelar al nuevo
mundo con las llamas
de nuevas batallas.
Porque las plazas serán
siempre nuestro hogar, en
donde traidores no nos
herirán, y seremos verdugos de
la intolerancia pretérita
de arcaicos intereses.
Libres aquellos; vencieron la muerte
y el dolor carnal, e inmortales
sobreponen su presencia a las
perlésicas y quietistas almas
que quisieron vejarlos, para en su megalomanía supuesta
transformar a nuestros paladines, en versos libres.


Valentín Borlazno
Lomas de Zamora, 24 de marzo de 2006

Voces


A LOS 30.000 DETENIDOS/DESAPARECIDOS DURANTE LA ÚLTIMA DICTADURA MILITAR.
A LOS FAMILIARES QUE PADECEN TANTO DOLOR.
A LA MEMORIA, A LA VERDAD Y A LA JUSTICIA.

Melpómene posó sus
artilugios sobre nuestro
cantar.
Pero no será esta una
tragedia que entre
bambalinas hará
su apoteosis triunfal.

Bestias fantasmales, que
bebieron las libaciones de
viejos libracos, y lascivamente
bailaron con la muerte,
su carnal amante,
despreciando la vida y la
libertad; el amor por el odio.

Creyeronse impunes, dentro
de sus lustros sin voz.
Desataron con sus manos,
ríos de sangre que para
su frustración no se perdió;
ya que en suelo fértil se derramó,
empapando la cepa y la raíz
con ideales que el nuevo tronco tomó.

Porque donde el árbol muere,
uno nuevo ha de crecer.
Porque donde se ciñen las brumas,
una nueva solana ha de resplandecer.
Porque cuando se siembra odio,
el recuerdo recompensa con amor.
Porque cuando el cepo se rompe,
no se amilana la voz de los enmudecidos.

Esas voces fluyen sus melodías
por mi mente, se apoderan de
mi y me suscitan
ser su portador.
Mis labios, inútiles, son
deseosos de expandir sus
verdades, para así jamás olvidarlas.

Valentín Borlazno
Lomas de Zamora, 24 de marzo de 2007

Te Observo Madre

A LOS 30.000 DETENIDOS/DESAPARECIDOS DURANTE LA ÚLTIMA DICTADURA MILITAR

Te observo madre,
perdida en tu mundo
vencido, heroica y fuerte,
nunca me has perdido.
Te observo madre,
con fuego en tus
ojos y dolor en el
vientre, porque mucho más
ha desaparecido; la
carne rota y el olor a
sueños quemados en
el pozo de obscuros
delirios y delirantes.

Te observo madre,
mientras juntos caminamos
por tu mundo de sádicos
animales.
Te observo madre,
desde la lámpara que
alguna noche nos iluminó,
para que a su luz
aclares el vacío que
mi pérdida dejó, y sepas
convertirlo en la
bandera de nuestra lucha
contra el olvido, mientras
te observo, madre.

Valentín Borlazno
Lomas de Zamora, 24 de marzo de 2007

miércoles, 21 de marzo de 2007

La Belleza del Mundo



¨(…) eres para mí las estrellas, el claro de luna,
el alba, el ocaso y todo lo demás
que amaban los románticos del buen tiempo viejo
y que ya no se usa…¨
(José Zacarías Tallet)

Ha pasado la tormenta y la luna
se despoja desembarazada de su
manto grisáceo y amenazante.
Las estrellas cubren su desnudez regalándole el
brillo argentino que recorre el
Universo, con el mero fin
de concentrarse en un recuerdo.

Ese recuerdo no es más que un paisaje,
esculpido inmortalmente sobre mi retina.
Un paisaje nocturno donde el resplandor
amarillo de la luna me anestesia
de dulzura y, en mi ebriedad, aparece
tu figura, alta y serena, detrás de la
sombra de los pinos.

Corro a buscarte, pero te desvanecés cuando
intento alcanzarte. Melosas ilusiones que mi
mente me jugó para no olvidarte, para que
en la lejanía oiga tu voz y continúe
negando tu ausencia, porque aunque lejos
continúas acariciándome desde mi corazón.

Sobre una roca me senté, al borde del camino.
Nuevamente detrás de la sombra veo tu
sonrisa que brilla aun más con la claridad
de las estrellas. La luna termina por quitarse
su bufanda de nubes, y nacen miles de matices
amarillos sobre su superficie.
Me pierdo en los suaves pliegues de su superficie,
donde solo te veo a vos.

Muchas palabras fluyeron en ese momento.
Todas ellas me hablaron del amor
que vive en vos, y así, humildemente se convirtieron en
el mas hermoso de mis tesoros.
Muchas palabras no dichas duermen en el
largo letargo que es el sueño de tu abrigo,
esperando despertar para dormir finalmente en
tus oídos; para que te hablen siempre de
la luna y el amanecer; para que siempre te
digan que la belleza del mundo descansa
en vos, porque la belleza del mundo
sos vos.

(Más no sea, la belleza de mi pequeño mundo).

Valentín Borlazno
Villa Ventana, 10 de enero de 2007

lunes, 19 de marzo de 2007

Son Pocas las Almas (Monstruos Grises)

¨Hiedra que agostó el granizo
de mi incomprensión contumaz,
al tronco rugoso y sombrío
¿ya tu verdor no adornará?¨
(José Zacarías Tallet)

Las horas de calma y calor
anteceden al desastre que
se hizo carne con las relampagueantes
luces rojas y verdes que
destrozan mis oídos con
la agudeza de sus gritos.

Gota tras gota se hunde en
el barro mi mano ensombrecida,
que rescata vanamente lo
poco que no he perdido pero
que tal vez perderé.

Monstruos grises escupen dardos
congelados desde las alturas insensatas.
Y otros tantos monstruos grises se
olvidan de mí y de mi miseria,
montados sobre sus veloces corceles,
huyendo al refugio de sus
templadas guaridas.

Las gotas se hunden en el barro, y
en él se hunden mis pies, mis
piernas hasta que el mar del olvido
acaba por sepultarme.
En la horca de mi vida, los mismos
monstruos grises encadenan una pesada
piedra a mis pies, para no verme
escapando del lodo.

Son pocas las almas que se apiadan de mi dolor;
tienden sus manos para salvarme del sepulcro.
Caen junto a mí, pero volvemos
a levantarnos juntos para
reconstruir sobre las ruinas de lo
perdido, la esperanza de algo mejor.

Las utopías fueron apedreadas tristemente
entre el frío, la humedad y el viento.
Sus restos flotan sobre los ríos
marrones del dolor y la impotencia.
Son pocas las almas que caen
junto a mí, y son muchas las
que amarran el desinterés
a mis hombros… con la misma
frialdad que la mas cruel de las
tormentas.

Valentín Borlazno, 16 de diciembre de 2006

viernes, 16 de marzo de 2007

Fuego Verde

Verde es el mundo en
el que giro, y verde es
la ciudad en donde
nos conocimos.

Verde es el trozo de poesía
que a tus ojos dedico;
el elixir que atenúa
mi locura y el éxtasis
de verte con el
nuevo día.

El manto de los bosques
te regaló su color, y bajo
su follaje renuncio a la
oscuridad de la sucesión
infinita de ladrillos que
habito.

Sobre el lienzo todo se
vuelve verde y dorado, porque
cada diminuto cabello tuyo
lo pinta, lo destiñe y lo
embellece.

Me embriaga con su color y
con su aroma. Destila mis
fantasmas, y la sombra de
mi pluma, que la luz de la
vela refleja, trae consigo
tu figura, tu recuerdo.

Tu ausencia incrementa mi
recuerdo, y cada
noche entre sueños te
descubro.
¡Tierna Capuleto!, cada noche
me pienso al pie de tu
balcón, deseándote dulces sueños
y jurando amor eterno.

De oro recubro mis
vagas esperanzas, y de verde te
pinto en mi lienzo. Pinto
tus pupilas y las firmo con un
beso, que arde con el verde fuego
que desató nuestro primer encuentro.

Esas llamas atesoran estas palabras,
que salvaste del olvido del tiempo,
porque la música de tu voz en
mis oídos, guió con su susurro el
mágico desplazamiento de
mis manos, escribiendo para seguirte soñando.

Valentín Borlazno
Lomas de Zamora, 06 de noviembre de 2006. Dedicada a L. F. B.

sábado, 3 de marzo de 2007

Lluvia de Setiembre


Me hallaba tranquilo.
Cavilaba en los recuerdos de mi
primera juventud, mientras a través
del vidrio de la ventana de mi
apacible hogar, las gotas de la
inmadura lluvia luego del crudo
invierno predecesor, golpeteaban.

Recordaba ese tiempo cuando
bajo aquellos gorgoteos adolescentes
jugaba tiernamente.
Porquen en aquellos juegos vivía;
era partícipe de historias mientras
imaginaba caricias
que debajo el abrigo protector de
pinos frondosos sellarían
el amor eterno de dos amantes.

Jugaba como un tímido gorrión,
que feliz desplegaba sus pequeñas
alas para entregarse al alegre
canto que desde mi pecho
nacía.

Jugaba, no olvido que jugaba.
Aun conocía el bello arte
infantil del juego. Tal vez, sea
ese arte el mayor tesoro que perdí.
Me mecía en las antesalas de la
vida, con mis ojos cerrados.
Jugaba, pero permanecía dormido.

En ese momento, detrás del
vidrio, esa infranqueable barrera
que me separa de mis años
infantiles, contemplo como el juego no
se acaba. Abrí la ventana de repente
y millones de gotas limpiaron mi rostro.
Fueron ellas quienes penetraron mi piel
y encendieron el calor de los recuerdos.
Olvidé por un momento la celeridad
del mundo, para volver a ser un
niño.
Mientras se humedecían
mis rasgos de lágrimas y lluvia,
realicé al fin que recuperar
la transparencia del tiempo perdido
es sencillamente descubrir el velo
de una ventana.

Lomas de Zamora, 03 de setiembre de 2006
Valentín Borlazno
Nota: Fotograma extraído de ¨Un Perro Andaluz¨ de Dalí - Buñuel