Para Rodolfo, sin su hocico rojo
El olivo primaveral salpicado
por gotas del Mediterráneo una
mañana de domingo, en la que
mañana de domingo, en la que
la congregación subía la cuesta
al son del repiqueteo unísono
al son del repiqueteo unísono
de las campanas parroquiales.
Un bautismo, el camposanto
plagado de recuerdos y lágrimas,
y el verdor hermoseante de
jazmines perfumados, plantados
por remembranza al amor eterno
-por sobre la ceniza-
bajo Santa Ritas rosáceas,
tan rosáceas como las mejillas
de la niñita postrada frente
a la pila bautismal.
a la pila bautismal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario