viernes, 28 de diciembre de 2007

Sonrisa y Esperanza

¨En la pobreza conserva usted todavía la nobleza de sus sentimientos innatos; en la miseria, no hay ni ha habido nadie nunca que los conserve¨.
Fiodor Dostoievsky en Crímen y Castigo

Todavía te veo y te recuerdo.
Bajando todas las tardes de tu
bicicleta oxidada y antigua.
Juntando cajitas de cartón,
pidiendo permiso con tierna
humildad.

Te recuerdo, mi viejo amigo.Te recuerdo, caballero de rizos
plateados y sonrisa esperanzada.
Recuerdo tu tímida voz, y tu
figura trepada a tu corcel de acero
y aluminio.

En mi memoria quedó grabado
cada rasgo de tu fisonomía,
tu porte de guerrero y cada pequeña
faceta de tu rostro.
La comisura de tus labios, harto sonrientes,
que ni las arrugas ni el cansancio
pudieron opacar.

Sin quererlo, la nobleza de tu
humildad me enseñó el valor
de la esperanza, a veces extraviada
en los ocres días que vivimos.

Tu vida, héroe anónimo, revolucionario
del cotidiano, es la musa que inspira
los sueños de un mundo mejor.
Miles de tus compañeros de armas, héroes
a su medida, recorren las calles
de nuestra ciudad.
Miles de ellos mueren en el olvido
de la hipocresía urbana.
Pero sus miles de sonrisas, iniciarán
el fuego del cambio.
Viejo amigo… todavía te recuerdo.
Fuiste la sangre de mis sueños, y
serás el aire de mis esperanzas.

Valentín Borlazno
Lomas de Zamora, 28 de diciembre de 2007

lunes, 17 de diciembre de 2007

La Ciudad se Cubre de Blanco

La ciudad se cubre de blanco. Millones de copos helados caen sobre las veredas de la ciudad. El ejército de ciudadanos se recluye en sus hogares, al abrigo de las estufas y de cualquier otro artilugio que irradie el suficiente calor para obnubilar sus mentes y permitirles descansar tranquilos, en la modesta hipocresía urbana.
Hipocresía que se conjuga en el verbo olvidar; infinitivo funesto de todas las lenguas, que condena a las personas a la soledad del mundo en el que vivimos.
La ciudad se cubre de blanco. Niños y adultos se dedican al sacro arte del juego pueril e inocente. Muñecos, torres y proyectiles que se lanzan como bólidos contra el pecho de algún transeúnte desprevenido. La misma nieve, la misma historia. No hubo ningún hombre de apellido compuesto por una vocal y tres consonantes que pincele con sus letras el vivo retrato de esta Buenos Aires vestida de novia a la vieja usanza. Ni tampoco ningún hombre que clame con fervor por una matutina Buenos Aires sorprendida, de calles escarchadas y hielos cayendo desde las rebosantes nubes de pálido gris.

En la soledad de mi mente, el amplio juego de contradicciones lidian por establecer el control total sobre mi cuerpo; un todo complejo, formado por diminutas partes que suman la totalidad de la esencia de mi ser. Mi cuerpo es el campo de batalla, donde se izaron los pendones de la frivolidad hipócrita y de la profunda conmiseración.
Sin embargo, las cavilaciones de mi mente son ajenas a la vida real. Pareciera ser que un espectro místico y metafísico cubre con un velo mis ojos, e insensatamente dejo que ese velo oscuro me aleje del dolor terrenal. Pero en el mismo suelo donde mis pies se afirman, varias imágenes se proyectan: latones ardientes de maderas pobres y papeles arrojados a la calle; hombres, mujeres y niños con trémulas manos extendidas hacia los mismos latones, esperando encontrar en el calor refractado alguna respuesta, alguna ayuda, algún gesto de orgullosa humanidad. Pero… la humanidad ha desaparecido. El sueño fugaz de amor y generosidad se esfumo. La calle, el lecho maltrecho y helado sobre el que descansan las penas y las vidas de miles de personas sigue siendo el hogar en donde se espera alguna certeza dentro de tanta incertidumbre. Y yo… soy un imbécil. Sigo en la búsqueda de mi camino y sigo soñando los sueños de sujetos que perecieron hace tiempo. Sigo creyendo en la epopeya homérica del hombre invisible, aquél que vive en la voz de los hombres y para todos los hombres, cantando a verso libre sus dolores y penurias. Mientras las veredas ofician de ataúdes, sigo recorriendo las calles parisinas, o las praderas de la vieja Praga repleta de fantasmas. Sufro por lo que no sufro, y por ello soy un imbécil. Soy un imbécil que hace veintisiete minutos leyó a un controvertido alemán, y que sacraliza sus palabras como las leyes universales que dominan los hilos de la humanidad. Si, soy un imbécil. Un imbécil recluido en mi hogar al abrigo de la estufa, la misma que obnubila mi mente, y me hace descansar tranquilo en la misma hipocresía urbana que critico. Por ello, mis inquisidores, soy un imbécil.
Valentín Borlazno
Lomas de Zamora, 09 de julio de 2007

lunes, 26 de noviembre de 2007

Ciudad Dormida

¨There´s always a lovely
reminiscene beating deep in our
hearts¨

Todas las esquinas guardan
el eco del viento primaveral
en la copa de los tilos,
quienes se desprenden de su perfume
para regalármelo, y así pueda
escribirlo.

El eco del viento me canta melodías,
y esta noche lo hace sobre el
amor. Esa magia incandescente
que todo embellece.

Me hace recordar viejas preguntas
y antiguos brazos que me sostuvieron.
El mismo viento trae consigo
aromas y recuerdos, para que los sueñe
como a aquella lejana ciudad
dormida en el tiempo.

Extrañas sensaciones hunden profunda su
huella esta noche. El tiempo se ha
detenido como si fuera un milagro.
La ciudad permanece dormida, y
la recorro hasta enamorarme de ella.

Con cada paso me enamoro
más de su vida y de su gente.
Con cada paso me acerco más al
final del sueño, y la ciudad
dormida, despierta de su letargo.

Pero en ese instante inconcluso
que antecede al despertar, te veo
detenida en la misma esquina
donde comencé a soñar. Tu figura
se confunde con los tilos, y tu voz
con el eco del viento. Descubrí finalmente
que vos eras mi sueño, y que la ciudad
dormida yace perenne
entre tus brazos.

La Rueda de las Cosas
quiso que no te olvide jamás
ahora que vi tus ojos...
En nuestra ciudad dormida descansan
los abrazos que siempre necesitamos.

Valentín Borlazno
Lomas de Zamora, 25 de noviembre de 2007

martes, 13 de noviembre de 2007

Cinco Minutos

La música inspira los mas profundos sentimientos...
Al milagro de la música y al milagro del amor, unas pobres palabras.
V. B.

Cinco Minutos


El cielo desmorona su piso de nubes,
y suena sublime la canción
que un viejo pianista te dedicó sin siquiera conocerte.

Quisiera ser yo quien
compusiera tal majestuosa obra.
Quisiera ser yo quien
acompañase entre suspiro y suspiro
con la melodía de mi saxo.
El mundo comienza
y acaba en cinco minutos,
como si fuera un milagro borgeano,
esos cinco minutos son la eternidad
mas hermosa que jamás pude haber oído.

Cinco minutos, una centuria de amor.

Pierdo la noción temporal,
y en cinco minutos mientras fuera
de mis ventanas llueven cántaros,
te recuerdo entre
bocanada y bocanada de humo.

Hace cinco minutos no te alejás
de mi pensamiento.
La espiral del humo te dibuja,
pero se dispersa cuando intento acariciarte.
Hace cinco minutos estás sonando en mi mente.
Hace cinco minutos quise olvidarte,
pero hace cinco minutos descubrí que es imposible.

Por vos, y por tus cinco minutos...

Valentín Borlazno
Lomas de Zamora, 13 de noviembre de 2007

sábado, 10 de noviembre de 2007

Breve Descargo del Incomprendido

¨ [...] pero de qué sirven las verdades cuando
no podemos utilizarlas para nada ¨
ROBERTO ARLT

¨ Las energías del Universo son amorfas, no obstante, se
encarnan en la mujer. Dada su perfección, cualquier
beldad es capaz de derrumbar el sano equilibrio del mundo... ¨


Vasta es la eternidad,
y, sin embargo, es comprendida.
Varios centenares de debates
metafísicos se suceden
fundamentando (loable
proeza) lo incierto.

Y es que ha sido todo
tan mal interpretado, que yo
mismo me aferro a la duda
que enturbia cada
prosa lozana, tanta frivolidad
circundante que empapa
de banalidad las deterioradas
mieses.
E hipócritas artilugios...
Oh, cuantos mueren y
padecen bajo su luz.
Cuanto desaire emana
desde las fantásticas mazmorras
que entre letras y hojas
nos deposita en
aletargados dramas, comedias
y ficciones; la melinflua
canonjía de los
incomprendidos.
Continúo dudando, continúo
siendo un miserable
eunuco. Continúo siendo
un ser taimado,
abarrotado por la pena,
por el interés superfluo
y la ignorancia.
En las mentes está el
secreto, en las manos la
respuesta.
¿En las mentes está el
secreto, en las manos la
respuesta?.
El girar del reloj, aquella
terrenal deidad traerá
en su pecho la certeza que
hoy me falta, esta incongruencia
absoluta de verdades y
de destinos.

Vasta es la eternidad,
y, sin embargo, es comprendida.
Mitológicas epopeyas mi
alma montó esta vez
para devolver a millones de Penélopes
el tejido de la esperanza.


Valentín Borlazno
Lomas de Zamora, 05 de setiembre de 2006

jueves, 1 de noviembre de 2007

Desde un Paquete

My lips feel the strong and bitter taste,
while I keep on loving you.

En aluminio se empaqueta
el humo de generoso
sabor desértico.

Ruinas de antiguas civilizaciones,
fértiles oasis en la austeridad
del mundo conocido.
Aquellas geométricas alturas
se levantan poderosas,
perforando el aire
con sus puntas filosas.
La perspectiva cercana me
trae la silueta de
un simpático compañero.
En su espalda carga
altivo el peso de mi
bagaje, e incluso mi
propio peso, cuando la
arena calcina mis
talones.

Saboreo el humo amargo
del placer mientras alterno
el arte milenario
del verso,
con las infusiones que
nacieron tras la lejana
muralla del sol naciente.
Un paquete de arena me
encierra, me comprime y
me transporta.
Allí veo la sombra de
beduinos transitando por
la magnificencia del
pasado, cubiertos con
linos claros.
Mantos frescos que se desvanecen
rápido. Como en un cuento
del que no quise escapar
volví a la soledad de la urbe.
Cuando el aroma del espureo
cilindro se hubo consumido, la
espiral de la ceniza me devolvió
a mi mundo.
Lejos quedaron los vigorosos
dromedarios y las hacinantes
temperaturas, que nacieron por
la libre inspiración de los
poemas, quienes las
fronteras TRASCIENDEN
.

Valentín Borlazno
Lomas de Zamora, 01 de enero de 2006

martes, 23 de octubre de 2007

Capítulo VII

Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano en tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.
Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y los ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus rencintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorver simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua.

CORTÁZAR Julio, Rayuela, capítulo VII. Punto de Lectura, Barcelona 2006 [1963]

viernes, 19 de octubre de 2007

Oda a la Varicela

Un humilde y sencillo homenaje a Pablo Neruda...

Virus infeccioso
que invadís mis células,
has de comportarte
como un vil tirano.

Has aniquilado a mis
defensas en despareja
batalla; y hoy mi cuerpo
está lastimado como
la vieja Europa de Marnes
aciagos y guerras inútiles.

Sobre mi piel la sucesión
infinita de pintitas
rojas, el eco visible de tus cañonasos
abatidos contra mis fieles glóbulos blancos.
¡Oh el ardor de la derrota!

Y por sobre el dolor, el tabú
de la comezón.
¿Cúanto
placer sentiría dándole
rienda suelta a mis garras
sedientas de zarpasos,
si no dejaras un surco
riesgoso en donde las cascaritas
encontraron su ocaso?

Virus infeccioso
que invadís mis células.
Devuelve mi condición de
humanidad, y llevate
bien lejos el disfráz de
Frankestein, que por veinte
días he de portar.

Valentín Borlazno.
Lomas de Zamora, 17 de octubre de 2007

miércoles, 17 de octubre de 2007

El Hombre Invisible

Las palabras siempre creí que eran un legado para la posteridad. La pregunta obligada es: ¿Un legado con qué fin? (o qué posteridad); sinceramente, no puedo darle respuesta a este interrogante. Solo sé que ciertas poesías, ciertas novelas e incluso ciertas frases o palabras nos acompañan durante un trecho de nuestras vidas. Como El Principito que domestica al zorro, ellas nos domestican, y por eso siempre están junto a nosotros, dispuestas a venir a nuestra ayuda cuando mas las necesitamos.
Pero siempre alguna sobresale en algún momento específico de nuestras vidas, y por alguna razón hermosa, se produce una empatía incomparable entre el escritor, su obra y el lector de turno.
Hoy quiero regalarles esta poesía; creo que es la ilustración póstuma de lo que vivo... Gracias, PABLO.
Valentín Borlazno


El Hombre Invisible

Yo me río,
me sonrío
de los viejos poetas,
yo adoro toda
la poesía escrita,
todo el rocío,
luna, diamante, gota
de plata sumergida,
que fue mi antiguo hermano,
agregando a la rosa,
pero
me sonrío
siempre dicen ¨yo¨,
a cada paso les sucede algo,
es siempre ¨yo¨,
por las calles
sólo ellos andan
o la dulce que aman,
nadie más,
no pasan pescadores,
ni libreros,
no pasan albañiles,
nadie se cae
de un andamio,
nadie sufre,
nadie ama,
sólo mi pobre hermano,
el poeta,
a él le pasan
todas las cosas
y a su dulce querida,
nadie vive
sino él sólo,
nadie llora de hambre
o de ira,
nadie sufre en sus versos
porque no puede
pagar el alquiler,
a nadie en poesía
echan a la calle
con camas y con sillas
y en las fábricas
tampoco pasa nada,
se hacen paraguas, copas,
armas, locomotoras,
se extraen minerales
rascando el infierno,
hay huelga,
vienen soldados,
disparan,
disparan contra el pueblo,
es decir,
contra la poesía,
y mi hermano
el poeta
estaba enamorado,
o sufría
porque sus sentimientos
son marinos,
ama los puertos
remotos, por sus nombres,
y escribe sobre océanos
que no conoce,
junto a la vida, repleta
como el maíz de granos,
él pasa sin saber
desgranarla,
él sube y baja
sin tocar la tierra,
o a veces
se siente profundísimo
y tenebroso,
él es tan grande
que no cabe en sí mismo,
se enreda y desenreda,
se declara maldito,
lleva con gran dificultad la cruz
de las tinieblas,
piensa que es diferente
a todo el mundo,
todos los días come pan
pero no ha visto nunca
un panadero
ni ha entrado a un sindicato
de panificadores,
y así mi pobre hermano
se hace oscuro,
se tuerce y retuerce
y se halla
interesante,
interesante,
esta es la palabra,
yo no soy superior
a mi hermano
pero sonrío,
porque voy por las calles
y sólo yo no existo,
la vida corre
como todos los ríos,
yo soy el único
invisible,
no hay misteriosas sombras,
no hay tinieblas,
todo el mundo me habla,
me quieren contar sus cosas,
me hablan de sus parientes,
de sus miserias
y de sus alegrías,
todos pasan y todos
me dicen algo,
y cúantas cosas hacen!:
cortan maderas,
suben hilos eléctricos,
amasan hasta tarde en la noche
el pan de cada día,
con una lanza de hierro
perforan las entrañas
de la tierra
y convierten el hierro
en cerraduras,
suben al cielo y llevan
cartas, sollozos, besos,
en cada puerta
hay alguien,
nace alguno,
o me espera la que amo,
y yo paso y las cosas
me piden que las cante,
yo no tengo tiempo,
debo pensar en todo,
debo volver a casa,
pasar al Partido,
qué puedo hacer,
todo me pide
que hable,
todo me pide
que cante y cante siempre,
todo está lleno
de sueños y sonidos,
la vida es una caja
llena de cantos, se abre
y vuela y viene
uina bandada
de pájaros
que quieren contarme algo
descansando en mis hombros,
la vida es una lucha
como un río que avanza
y los hombres
quieren decirme,
decirte,
por qué luchan,
si mueren,
por qué mueren,
y yo paso y no tengo
tiempo para tantas vidas,
yo quiero que todos vivan
en mi vida
y canten en mi canto,
yo no tengo importancia,
no tengo tiempo
para mis asuntos,
de noche y de día
debo anotar lo que pasa,
y no olvidar a nadie.
Es verdad que de pronto
me fatigo
y miro las estrellas,
me tiendo en el pasto, pasa
un insecto color de violín,
pongo el brazo
sobre un pequeño seno
o bajo la cintura
de la dulce que amo,
y miro el terciopelo
duro
de la noche que tiembla
con sus constelaciones congeladas,
entonces
siento subir a mi alma
la ola de los misterios,
la infancia,
el llano en los rincones,
la adolescencia triste,
y me da sueño,
y duermo
como un manzano,
me quedo dormido
de inmediato
con las estrellas o sin las estrellas,
con mi amor o sin ella,
y cuando me levanto
se fue la noche,
la calle ha despertado antes que yo,
a su trabajo
van las muchachas pobres,
los pescadores vuelven
del océano,
los mineros
van con zapatos nuevos
entrando en la mina,
todo vive,
todos pasan,
andan apresurados,
y yo tengo apenas tiempo
para vestirme,
yo tengo que correr:
ninguno puede
pasar sin que yo sepa
adónde va, qué cosa
le ha sucedido.
No puedo
sin la vida vivir,
sin el hombre ser hombre
y corro y veo y oigo
y canto,
las estrellas no tienen
nada que ver conmigo,
la soledad no tiene
flor ni fruto.
Dadme para mi vida
todas las vidas,
dadme todo el dolor
de todo el mundo,
yo voy a transformarlo
en esperanza.
Dadme
todas las alegrías,
aun las más secretas,
porque si así no fuera,
cómo van a saberse?.
Yo tengo que contarlas,
dadme las luchas
de cada día
porque ellas son mi canto,
y así andaremos juntos,
codo a codo,
todos los hombres,
mi canto los reúne:
el canto del hombre invisible
que canta con todos los hombres.

Pablo Neruda, en Odas Elementales. Santiago de Chile, 1954

jueves, 27 de septiembre de 2007

De la Belleza (o de lo Bello)

No importa el cánon de belleza desde el que se mida o evalúe. Esa labor la dejo a los historiadores del arte...
La belleza acompaña a los sentimientos mas puros del hombre desde tiempos inmemoriables; o al menos dentro de mi ignorancia, me aferro a esa creencia.
Para Cecilia...
V.B.




De la Belleza (o de lo Bello)

Me encandila el vuelo de ángeles y querubines
que ofician de portavoces de los augurios de
hermosuras que se perciben como flores en
la primavera de inmaduros sueños.

El calor de sus abrazos, sus sonrisas inmaculadas
y sus aterciopeladas voces son inefables. Y yo, su
mísero espectador, rehúyo del temor a los dolores
pasados.

Sus suaves manos componen tiernas melodías cargadas
de emoción y de pasiones: esbeltas, puras, sinceras.
Construyen un mundo inocente con la suavidad de
acolchonadas cosquillas, límpidas y amables.

Aureolas doradas prenden de sus lacias y largas cabelleras.
Su mirar claro apacigua el latir extático de mi
corazón, que no logra apreciar la sencillez
de sus armoniosos coros, de sus composiciones deliciosas.

Y ellos, que también ofician de maestros dignificando el
amor, me escuchan y me comprenden. Me aman y los
amo, porque serenan mi vida y me permiten junto
a ellos aprender a imaginar. Me toman en brazos

y me acunan. Susurran palabras incomprensibles a los
oídos mundanos. Con espíritu maternal entre cientos
de sonrisas detienen el reloj del tiempo y los minutos
se convierten en milenarias centurias donde cantan

historias de princesas, de odas y de malvados. Viejas historias
donde cincelan mi figura, adornándome de belleza y de paz,
de amor y libertad; en esa marcha sideral
en donde todo lo mágico aún es material.

Valentín Borlazno
Lomas de Zamora, 15 de junio de 2006

Del Amor y la Ternura

¿Qué es el amor?. Sinceramente no lo sé.
¿Por qué se ama a alguién?. Sinceramente no lo sé.
Solo sé que cada estrofa, cada verso y cada sencilla palabra tiene nombre de mujer en sus espaldas.
A veces esos nombres se olvidan antes de llegar a guardarlo en la memoria, pero de eso se trata el amor...
V.B.


Del Amor y la Ternura

Vuelo mas allá del todo y del cosmos.
Vuelo entre sábanas de perfumes suaves
que acarician mi piel convirtiéndose en
alas que me permiten mas alto volar.

Mi cuerpo se deshace, vuelo como un
alma vagante de un universo recóndito y
susceptible de armonía y tranquilidad;
espíritus suaves, cavilantes del ayer.

Mis alas rozan a la luna, plateada y brillante.
Toma ella control de las de las fantasías de mi
corazón, de amores lejanos con plumas de gorrión
que guarnecen la dulzura del mundo.

Y vuelo, pues, en aquel mundo imaginario.
El mundo que vos con tiernas manos compusiste
para mí como regalo de tu corazón puro,
que tinta de belleza mis restos de deshauseada humanidad.

Vos, que con tímidas sonrisas y miradas fulgantes
deparas verdes praderas, espejos de tus hermosos ojos,
en donde el vuelo que emprendí se detiene para
rendirme a tus pies y me cobijas con el calor de tus brazos

fuertes, los mismos que la luna entre mil fruslerías
tejió para mí. Volar, para llegar a tu lado,
para sentir que la belleza de tu ser se apiada de
mi malograda existencia atiborrada de penas

y desencantos pasados. Vuelo, y este vuelo que es mi
mas ansiado sueño acaba por despertar. Y en mis manos,
entre sábanas tibias hayé el regalo mas preciado:
las alas que bordaste para que vuele y te pueda volver a soñar.

Valentín Borlazno
Lomas de Zamora, 18 de mayo de 2006








Del Odio

La tercera entrega de mis reflexiones sobre ¨lo importante de la vida¨
V.B.


Del Odio

Buscando un instante de paz,
que me alcance la felicidad,
que no me arrodile ante el dolor,
y que la adversidad no me sobreponga.

Harto brillante será mi mundo,
la pequeña esfera de sueños y
derrotas pujantes de miseria y frustración.
Agobiantes truenos sobre un mar que estalló.

Muertes y delirios. Explosiones lejanas
aún retumban en el eco de gemidos de
placer de animales que aborrezco, que
violentan la paz con su magnificante edor.

Disparos de sombras claras de la noche
sin lunda mas horrible que pude oler,
ver y recordar con el claro aroma
áspero, de finas estupideces.

La escencia maligna humana de mi ser
tomó posesión de mi razón y en un hipócrita
acto de conmiseración arrastró los últimos
vestigios de una penosa humanidad a su

lecho de tumbas y locura, de desarraigos
lúgubres y macabros golpes de existencias
condenadas a sobrevivir en la memoria del
olvido, guarida de locos rufianes quienes

ignorados, son aparcelados con no mas límites
que la infinidad del cielo nocturno sobre
viejas terrazas de balcones medievales
con sueños ahorcados y derrotas arribadas.

Valentín Borlazno
Lomas de Zamora, 14 de mayo de 2006

domingo, 9 de septiembre de 2007

De la Soledad

Aquí va la segunda poesía que mencioné en la entrada anterior.
Espero que les guste.

Suyo...
V.B.

De la Soledad

Inmesurables bahías espumosas, visitadas por
bravos mares desde llanuras lejanas que
encierran el eco de gritos ahogados por la
profundidad del espacio azul.

Grilletes que no aprisionan mas que al vacío,
a la insaciable soledad que infame
remueve todo a ruinas y a la locura de esperar
el desierto poblado de almas innocuas.

Esa injerencia malversada, que con su mujeril
presentación confabula para hacerse dueña de víctimas
sensibles. Ella quien cruelmente absuelve de dolor a
sus víctimas, los encierra en un misterioso camino de muerte.

Ciega mis ojos, apabulla mi carne.
Mo olvida, pero yo la recuerdo. Despechada me odia por
saber entenderla. Disminuye mis esperanzas y me convierte
en un absurdo ser avergonzado de mis tentaciones.

Baldíos perdidos, recorridos por la pureza que
se desprende de grises nubarrones, que salpican desde
las alturas con su néctar la raíz del árbol perenne,
verdoso, que se aferra, a pesar del soplo aguerrido

de tempestades climáticas, a la vida, a su terruño.
Se despreocupa de los borrascosos tiempos, sin
olvidar el éxtasis de días cálidos, ahuyentados por
las caldeadas inclemencias que lo sumen en una

tenebrosa oscuridad... (¿Quién ha de jactarse con
la voluntad de mil dioses?)... Inestimable este que
sigue cabalmente su destino a pesar del añil
tinte que se le impregnó sobre sus coloridas vestiduras.


Valentín Borlazno
Lomas de Zamora, 14 de mayo de 2006

lunes, 3 de septiembre de 2007

Del Dolor

Hace mas de un año ya (el conteo secular de los segundos no cesa jamás y eso me es asquerosamente desahuseante), una noche se me ocurrió la idea de escribir sobre las ¨cosas importantes de la vida¨. Este texto fue el primero de una corta serie de cinco.
La idea fue hacerlo con una estructura de estrofas particular, y pensando en la ¨palabra importante¨, para que se produzca una lluvia de ideas en mi mente y esa vorágine sea plasmada en el papel. Fue una especie de experimento, y he aquí el resultado.
V.B.

Del Dolor

Solsticio nocturno de humos anegados
de pestilentes marchas de sufrimiento
y humillación;
vergüenza sin pudor.

Cementerios de fosas profundas, de
vacíos incomprensibles con malversados
destinos y letras negras, inútiles,
incompetentes, mucho menos sensatas.

Alturas inexpungables, grisados mástiles
de destrucción ultrajante. Muertes por
doquier, Marnes cegados de lujuria
y castración.

Esperanzas flexibles, sustanciosas,
banales y colapsadas, cúal alma de todos
aquellos que sufrimos la memoria del
colectivo atrincherado de recuerdos.

Dementes dueños de verdades lastimosas,
de espinas negras, que tiñen
con rojo oscuro y mal oliente
la fuente de la vida

de quién aún no perecio en
el desierto árido de voces calladas
por oídos sordos y miradas
repletas de temor y vergüenza,

pútridas, ineptas, llenas de odio
y ambición. Impunes por todo lo
que ya se perdió en sus manos
grotescas, poderosas que a nuestro futuro acorralaron.


Valentín Borlazno
Lomas de Zamora, 18 de mayo de 2006

Posibilidades

Siempre hay una historia que se concatena con esta poesía; indudablemente, la magia de este poeta es su facilidad para narrar una historia en breves versos y con un lenguaje sencillo, que se imbrica totalmente dentro de la vida cotidiana de cualquier ¨Fulano¨...
Valentín Borlazno

Posibilidades

Tú ignoras que yo te quiero
y tal vez nunca lo hayas de sospechar,
aunque eres para mí las estrellas, el claro de luna,
el alba, el ocaso y todo lo demás
que amaban los románticos del buen tiempo viejo
y que ya no se usa...

Es cuestión de categorías
y tú estás
varios peldaños más arriba...
Y yo no podré subir y tu no querrás bajar
(o no te dejarán bajar).

Por eso no puedes tener la más leve sospecha
de que cuando te miran, mi ojos, ávidos, te besan,
y como nunca, nunca lo sabrás,
sólo soy para ti uno de tantos amigos a quienes se dice:
¨Buenas noches, Fulano, ¿cómo sigue
de su catarro?¨ o poco más.


José Zacarías Tallet, en La Semilla Estéril. La Habana, 1951

sábado, 4 de agosto de 2007

Encuentros

Finalement, l´rue du premier voyage

Las horas pasan, y el conteo
secular de las milésimas
me arrastran cada vez mas
frente a la presencia añorada,
a aquella voz lejana que
apacigua con su inocencia
encantadora, la catarsis
bestial de las pulsiones
mas irracionales de este todo
complejo que llamé ¨yo¨.

Largas noches de pensamiento
e imaginación. De deseos, de
esperar el instante mágico en el
que mis retinas sean iluminadas
al verte. Largas veladas de
filosofía de almohadas y
sábanas, sucesoras de
diálogos catódicos que
subyacen al misterio del
cariño impersonal,
a la vez tan cercano con
cada palabra de tu voz
que me regalás.

El conteo secular de las
milésimas te acerca cada
vez mas.
Las medidas humanas del tiempo,
tan abstracto, tan colérico y
celérico (e impreciso), enferman
mi mente y mi espíritu de
inmediatez, y preso de la patología
temporal, tan solo espero
- te espero - y siento que
el instante en que la precisión
de mis sentidos harán contacto
con la imagen idílica que
nuestra conexión metafísica
dibujó, esta próximo.

La luz del nuevo día, del
mañana, por fin se
confundirá con la luz de tu
presencia, y será el elixir
que curará los relictos de
impaciencia, innata a mi
condición de hombre.

Valentín Borlazno
Lomas de Zamora, 02 de agosto de 2007

Gris

Para Emilio Fatuzzo

Aún te recuerdo,
mutilado matiz de
búsquedas inconclusas
y desesperadas.

No posees el refulgir
argentino de tiempos
gloriosos, de yelmos
y damas en peligro.

Tono de la armonía.
No te amedrentas al
deseo perverso pero inmaculado
ni a las oscuras tinieblas.

Punto intermedio.
Simétrico sueño olvidado
por inentendidos
escritores del pasado.

Es tiempo de
enarbolar nuevamente
la bandera de la victoria,
compañero de caminos

que nos conducen a un
mismo sitio al
resguardo de los
peligrosos tiempos.

Contagia mis días
con tu sombría y
necesaria presencia,
siempre inalcanzada.

Seré quien reivindique
tu existencia, artífice
real de tu lucha y
tu humilde audiencia.

Seremos desleales a
tu esencia, color de
la armónica ausencia
de restricciones.

Pelearemos sin cuartel
por tu ascenso de la
sima donde un déspota
te depositó.

Llevame contigo a
los grises puertos de
mi infancia, y también
de mi destino.

El Universo ye ha
creado, la historia
malversado y, simplemente
yo te he amado.

Volverán los años
de gloria, del refulgir
argentino, en nuestros días
atiborrados de miseria.

Valentin Borlazno
Lomas de Zamora, 01 de septiembre de 2005

viernes, 27 de julio de 2007

Mujer

¨Your little body gives me the warm
I need to face the world, every
desperating night I tear love up¨

Del arte humano, el mas bello
es el de tu cuerpo: suave y
delicado, perfectamente moldeado
por las manos artesanas de alguna
fuerza metafísica que excede a
mis competencias comprensivas.

Cuerpo de mujer; perfectamente
labrado. El zigzagueo humilde
de la luz de la vela, denota
la belleza de tus curvas,
firme camino que desemboca
en un fatal desenfreno de amor
y admiraciones.

La sombra de tu cuerpo tras
el biombo de la mente. El cuerpo de
una mujer, de todas las
mujeres. Esencia, alma matter
y éter de la vida. El perfume de
tu sexo es el néctar de la
creación y el origen de
todo lo que se ama.

¡Mujer!, o debo decir todas las mujeres.
La beldad que amo, aquella que
me amantó.
La injusticia suprema de las
maldades androcéntricas las deja
de lado.
Alfa y Omega del Universo,
comienzo y fin de todos los fines
que se evaporan con cada suspiro
de dama orgullosa.

Para ustedes, todo lo hermoso; para
ustedes que sostienen con la fragilidad de
sus manos los hilos del mundo, y de los
mundos de cada quienes las amamos.
¡Harto inútil no sucumbir a su encanto
de ninfas!, al viento que exhalan con
sus melosas voces.
¡Harto inútil no amarlas!, harto inútil
resistirse a abrazarlas, y
a husmear entre sus cabellos, buscando el bello
aroma a rosas, que acompaña a la
aparición de los ángeles, de quienes
son sus portavoces.

Valentín Borlazno
Lomas de Zamora, 26 de julio de 2007

martes, 17 de abril de 2007

La Noche Mas Fría

Trescientas sesenta y cinco noches que espero poder verte. Trescientas sesenta y cinco noches que no te veo, que no te siento, que no te escucho; que mis facultades sensibles no perciben tu presencia por medio de vehículos razonables.

La bolsa carnal y ósea que mi espíritu habita no encuentra su salida. No logra desvancer los yugos insoportables de esta prisión terrenal que lo oprime y desanima. Desea con todas sus fuerzas vencer esas celdas y huir a tu lado, junto a tu compañía.
Será porque las heridas no cierran, y la memoria, esa herramienta mental de tortura y castigo que desmembra las imágenes pasadas, reduciendolas a espinas que se clavan en el arcófago de recuerdos, esperando a ser abierto para diseminar su tóxica hiel y envenenar los restos de paz mental que aun restan en mi. La eterna herida, el eterno dolor de haberte negado mi despedida por hipócrita cobardía.

Trescientas sesenta y cinco noches que sueño con no volver a soñar, que sueño en sueños deshacer mi cuerpo y convertirme en un universo energético donde pueda volver a tenerte a mi lado...

Un año sin vos, un siglo mas que vivir.

LA NOCHE MAS FRÍA

Gélidos ventarrones que hielan mis
manos y me impiden escribirte.
Gélidos aquellos que congelan ahora
el recuerdo de lo que hemos vivido.

La naturaleza recobró su sensatez extraviada,
y te cubrió con su otoñal manto fresco,
para que bajo él recuperes la
calma que prevaleció a la tormenta final.

El vacío helado que acontece en mi corazón
se proscribe con la calidez de tu amor en tiempos infantiles,
y se subyuga con el alivio gris pálido
de la armónica despedida entre mis brazos.

Mis labios recorren el temor de olvidar tus palabras.
Recorren también, la tenaz impertinencia
de mi cobarde sufrir, que impidió aquella vez
que se acunaran sobre tus entrañables mejillas.

Pero tu inmortalidad se sobrepone a esta
adversidad. Refuerza mi escudo partido y
mi lanza perdida.
Otorgás la fuerza que necesito para volver a luchar.

Tus labradas manos, encandecidas por la fresca calidez
del actual recuerdo, entrelazan sus dedos a los míos,
como en aquellos tiempos de dulces sonrisas y
tiernas caricias que jamás desaparecerán.

Vivir duele, y la vida es sobrellevar constantes
dolores. Vivir duele, mientras haya amor por ofrecer.
Vivir para no olvidar, es entregarte
entero el fruto de la cosecha que Usted sembró.

El tramo final, un lustro penoso y pleno.
Orgullosos quienes a tu lado cabalgamos sobre
la adversidad y que hoy acompañamos la
última marcha en medio de fríos vientos.

Las melosas delicias de naipes y paseos,
fluyen como mares de lágrimas
de angustia y felicidad,
de miradas y de imágenes eternas.

Pero finalmente en una jugada metafísica
te desvaneciste del dolor sin sentido.
Para que el viento de la noche mas fría te alce
y te lleve allí donde estás aguardando nuestro próximo encuentro.

Valentín Borlazno
Lomas de Zamora, 18 de abril de 2007

domingo, 8 de abril de 2007

El Olvido


When the night is cloudy and your eyes are only able to
see throw the glass of gold wine…


Mis ojos te ven mientras te alejás.
Mientras oigo blasfemias. El rocío que
unía nuestras marchas pendió de un
hilo hasta que una gota sórdida, hiriente
resquebrajó el inútil lazo que ataba
todo nuestro ser.

Te esfumás cual humo gris que prende
de mis humillados labios. Aquellos que
supieron desplegar sus armas mortíferas
como tiernas, contra el ser que sus
años desveló.

Esas armas hoy me mutilan. Encienden
su poder contra todo lo que mis sueños
poseyeron. Mutilan mis caricias, las hieren,
las entierran y acaban por destruirme
inútilmente.

Me restan fuerzas en mi. Parece que solo
el resplandor dorado del néctar que
enjuaga mis labios es la única pureza
que me permite amar. El mismo néctar que
me permite olvidar.

Tanta muerte cruzó nuestro amor que ya
no puedo acariciar la copa que contiene
el néctar de mi dolor. Ya que tu
recuerdo solo produce la cura y la conmoción,
allí donde solo se sembró temor.

Mi cuerpo desnudo sufre del frío de la tempestad.
Sufre los cantos alegres de los gorriones.
Las nuevas parodias de las calandrias
asoman tímidas tras el suave resplandor de
la luna nocturna.

Mi cuerpo embebido en sal y azúcar;
la magia de la fantasía tal vez me
deposite en un mundo mágico y de
magos encantados que me hagan amar
la cruz que desprende el sabor amargo
de tanto sufrir.

Valentín Borlazno
Lomas de Zamora, 20 de julio de 2006

lunes, 2 de abril de 2007

Pudiéndose Amar

A LA MEMORIA DE LOS CAÍDOS EN LAS ISLAS MALVINAS...

Este es un texto algo antiguo, pero la razón por la cual siento en lo más profundo de mi corazón que merece ser publicado en este blog, es sencilla.
Cuando lo escribí no era mas que un adolescente de 15 años; la fecha de conmemoración del aniversario de la toma de Malvinas se acercaba, y todos las cosas que sentía necesite plasmarlas en algo.
Fue uno de los primeros textos que escribí en mi vida, y dado que en aquél tiempo estaba menos empapado de la vida adulta, lo considero ¨puro¨ en su esencia. Y esa pureza que con el paso de los días, los meses y los años fui perdiendo, es la que quiero regalar a modo de homenaje a los caídos en las islas durante aquellos meses nefastos de 1982.

Pudiéndose Amar

Sin duda esta es una triste historia,
que no le encuentro un sentido para contar.
Esta quedó grabada en la memoria…
Por la incapacidad de un ebrio de amar.

Pero esta triste historia, no es digna de olvidar,
por ser la sangre de un pueblo derramada,
por algo en que no había razón de luchar.
Muchos de nosotros se fueron, pudiéndose amar.

El dolor quedó marcado a fuego,
en un incendio que bombas y balas encendió;
del cual muchos fueron víctimas,
en la búsqueda de un sueño que por siempre se perdió.

El tiempo jugó con sus propios frutos,
y a los recuerdos redujo
a un simple día de luto,
desdorado su designio sin mayor tapujo.

Muchas cosas se pueden criticar,
pero no existe nada, ni cosa peor,
que permita justificar,
vejar a simples jóvenes,
que enfrentaron en el frío del temor,
batallas solo por la falta de amor.

Nunca existió la victoria,
sobre todo cuando aquí y allá,
muchos chicos quedaron en la memoria.
Un mar de estupideces y de lágrimas,
separan a la verdad, de esta triste historia.
Esos chicos pelearon, pudiéndose amar.

Valentín Borlazno
Lomas de Zamora, 02 de abril de 2003

sábado, 24 de marzo de 2007

Treinta Versos Libres


PARA LOS 30.000 DETENIDOS/DESAPARECIDOS DURANTE LA ÚLTIMA DICTADURA MILITAR.

PARA LAS FAMILIAS QUE SOBRELLEVAN EL DOLOR EN SUS CUERPOS.

PARA LA VERDAD, LA JUSTICIA Y LA MEMORIA.


Libres aquellos, cuales versos
tergiversaron la impúdica
tinta de la historia.
Cuales supieron despedazar
al olvido en un duelo del
pasado.
Libres aquellos que guían
los senderos de una renovada
esperanza, la misma que
su marchar impregnó
en los cimientos de esta
mágica escultura.
Libres aquellos, que supieron
deshacer los yugos de la
insensatez;
y desvelar al nuevo
mundo con las llamas
de nuevas batallas.
Porque las plazas serán
siempre nuestro hogar, en
donde traidores no nos
herirán, y seremos verdugos de
la intolerancia pretérita
de arcaicos intereses.
Libres aquellos; vencieron la muerte
y el dolor carnal, e inmortales
sobreponen su presencia a las
perlésicas y quietistas almas
que quisieron vejarlos, para en su megalomanía supuesta
transformar a nuestros paladines, en versos libres.


Valentín Borlazno
Lomas de Zamora, 24 de marzo de 2006

Voces


A LOS 30.000 DETENIDOS/DESAPARECIDOS DURANTE LA ÚLTIMA DICTADURA MILITAR.
A LOS FAMILIARES QUE PADECEN TANTO DOLOR.
A LA MEMORIA, A LA VERDAD Y A LA JUSTICIA.

Melpómene posó sus
artilugios sobre nuestro
cantar.
Pero no será esta una
tragedia que entre
bambalinas hará
su apoteosis triunfal.

Bestias fantasmales, que
bebieron las libaciones de
viejos libracos, y lascivamente
bailaron con la muerte,
su carnal amante,
despreciando la vida y la
libertad; el amor por el odio.

Creyeronse impunes, dentro
de sus lustros sin voz.
Desataron con sus manos,
ríos de sangre que para
su frustración no se perdió;
ya que en suelo fértil se derramó,
empapando la cepa y la raíz
con ideales que el nuevo tronco tomó.

Porque donde el árbol muere,
uno nuevo ha de crecer.
Porque donde se ciñen las brumas,
una nueva solana ha de resplandecer.
Porque cuando se siembra odio,
el recuerdo recompensa con amor.
Porque cuando el cepo se rompe,
no se amilana la voz de los enmudecidos.

Esas voces fluyen sus melodías
por mi mente, se apoderan de
mi y me suscitan
ser su portador.
Mis labios, inútiles, son
deseosos de expandir sus
verdades, para así jamás olvidarlas.

Valentín Borlazno
Lomas de Zamora, 24 de marzo de 2007

Te Observo Madre

A LOS 30.000 DETENIDOS/DESAPARECIDOS DURANTE LA ÚLTIMA DICTADURA MILITAR

Te observo madre,
perdida en tu mundo
vencido, heroica y fuerte,
nunca me has perdido.
Te observo madre,
con fuego en tus
ojos y dolor en el
vientre, porque mucho más
ha desaparecido; la
carne rota y el olor a
sueños quemados en
el pozo de obscuros
delirios y delirantes.

Te observo madre,
mientras juntos caminamos
por tu mundo de sádicos
animales.
Te observo madre,
desde la lámpara que
alguna noche nos iluminó,
para que a su luz
aclares el vacío que
mi pérdida dejó, y sepas
convertirlo en la
bandera de nuestra lucha
contra el olvido, mientras
te observo, madre.

Valentín Borlazno
Lomas de Zamora, 24 de marzo de 2007

miércoles, 21 de marzo de 2007

La Belleza del Mundo



¨(…) eres para mí las estrellas, el claro de luna,
el alba, el ocaso y todo lo demás
que amaban los románticos del buen tiempo viejo
y que ya no se usa…¨
(José Zacarías Tallet)

Ha pasado la tormenta y la luna
se despoja desembarazada de su
manto grisáceo y amenazante.
Las estrellas cubren su desnudez regalándole el
brillo argentino que recorre el
Universo, con el mero fin
de concentrarse en un recuerdo.

Ese recuerdo no es más que un paisaje,
esculpido inmortalmente sobre mi retina.
Un paisaje nocturno donde el resplandor
amarillo de la luna me anestesia
de dulzura y, en mi ebriedad, aparece
tu figura, alta y serena, detrás de la
sombra de los pinos.

Corro a buscarte, pero te desvanecés cuando
intento alcanzarte. Melosas ilusiones que mi
mente me jugó para no olvidarte, para que
en la lejanía oiga tu voz y continúe
negando tu ausencia, porque aunque lejos
continúas acariciándome desde mi corazón.

Sobre una roca me senté, al borde del camino.
Nuevamente detrás de la sombra veo tu
sonrisa que brilla aun más con la claridad
de las estrellas. La luna termina por quitarse
su bufanda de nubes, y nacen miles de matices
amarillos sobre su superficie.
Me pierdo en los suaves pliegues de su superficie,
donde solo te veo a vos.

Muchas palabras fluyeron en ese momento.
Todas ellas me hablaron del amor
que vive en vos, y así, humildemente se convirtieron en
el mas hermoso de mis tesoros.
Muchas palabras no dichas duermen en el
largo letargo que es el sueño de tu abrigo,
esperando despertar para dormir finalmente en
tus oídos; para que te hablen siempre de
la luna y el amanecer; para que siempre te
digan que la belleza del mundo descansa
en vos, porque la belleza del mundo
sos vos.

(Más no sea, la belleza de mi pequeño mundo).

Valentín Borlazno
Villa Ventana, 10 de enero de 2007

lunes, 19 de marzo de 2007

Son Pocas las Almas (Monstruos Grises)

¨Hiedra que agostó el granizo
de mi incomprensión contumaz,
al tronco rugoso y sombrío
¿ya tu verdor no adornará?¨
(José Zacarías Tallet)

Las horas de calma y calor
anteceden al desastre que
se hizo carne con las relampagueantes
luces rojas y verdes que
destrozan mis oídos con
la agudeza de sus gritos.

Gota tras gota se hunde en
el barro mi mano ensombrecida,
que rescata vanamente lo
poco que no he perdido pero
que tal vez perderé.

Monstruos grises escupen dardos
congelados desde las alturas insensatas.
Y otros tantos monstruos grises se
olvidan de mí y de mi miseria,
montados sobre sus veloces corceles,
huyendo al refugio de sus
templadas guaridas.

Las gotas se hunden en el barro, y
en él se hunden mis pies, mis
piernas hasta que el mar del olvido
acaba por sepultarme.
En la horca de mi vida, los mismos
monstruos grises encadenan una pesada
piedra a mis pies, para no verme
escapando del lodo.

Son pocas las almas que se apiadan de mi dolor;
tienden sus manos para salvarme del sepulcro.
Caen junto a mí, pero volvemos
a levantarnos juntos para
reconstruir sobre las ruinas de lo
perdido, la esperanza de algo mejor.

Las utopías fueron apedreadas tristemente
entre el frío, la humedad y el viento.
Sus restos flotan sobre los ríos
marrones del dolor y la impotencia.
Son pocas las almas que caen
junto a mí, y son muchas las
que amarran el desinterés
a mis hombros… con la misma
frialdad que la mas cruel de las
tormentas.

Valentín Borlazno, 16 de diciembre de 2006

viernes, 16 de marzo de 2007

Fuego Verde

Verde es el mundo en
el que giro, y verde es
la ciudad en donde
nos conocimos.

Verde es el trozo de poesía
que a tus ojos dedico;
el elixir que atenúa
mi locura y el éxtasis
de verte con el
nuevo día.

El manto de los bosques
te regaló su color, y bajo
su follaje renuncio a la
oscuridad de la sucesión
infinita de ladrillos que
habito.

Sobre el lienzo todo se
vuelve verde y dorado, porque
cada diminuto cabello tuyo
lo pinta, lo destiñe y lo
embellece.

Me embriaga con su color y
con su aroma. Destila mis
fantasmas, y la sombra de
mi pluma, que la luz de la
vela refleja, trae consigo
tu figura, tu recuerdo.

Tu ausencia incrementa mi
recuerdo, y cada
noche entre sueños te
descubro.
¡Tierna Capuleto!, cada noche
me pienso al pie de tu
balcón, deseándote dulces sueños
y jurando amor eterno.

De oro recubro mis
vagas esperanzas, y de verde te
pinto en mi lienzo. Pinto
tus pupilas y las firmo con un
beso, que arde con el verde fuego
que desató nuestro primer encuentro.

Esas llamas atesoran estas palabras,
que salvaste del olvido del tiempo,
porque la música de tu voz en
mis oídos, guió con su susurro el
mágico desplazamiento de
mis manos, escribiendo para seguirte soñando.

Valentín Borlazno
Lomas de Zamora, 06 de noviembre de 2006. Dedicada a L. F. B.

sábado, 3 de marzo de 2007

Lluvia de Setiembre


Me hallaba tranquilo.
Cavilaba en los recuerdos de mi
primera juventud, mientras a través
del vidrio de la ventana de mi
apacible hogar, las gotas de la
inmadura lluvia luego del crudo
invierno predecesor, golpeteaban.

Recordaba ese tiempo cuando
bajo aquellos gorgoteos adolescentes
jugaba tiernamente.
Porquen en aquellos juegos vivía;
era partícipe de historias mientras
imaginaba caricias
que debajo el abrigo protector de
pinos frondosos sellarían
el amor eterno de dos amantes.

Jugaba como un tímido gorrión,
que feliz desplegaba sus pequeñas
alas para entregarse al alegre
canto que desde mi pecho
nacía.

Jugaba, no olvido que jugaba.
Aun conocía el bello arte
infantil del juego. Tal vez, sea
ese arte el mayor tesoro que perdí.
Me mecía en las antesalas de la
vida, con mis ojos cerrados.
Jugaba, pero permanecía dormido.

En ese momento, detrás del
vidrio, esa infranqueable barrera
que me separa de mis años
infantiles, contemplo como el juego no
se acaba. Abrí la ventana de repente
y millones de gotas limpiaron mi rostro.
Fueron ellas quienes penetraron mi piel
y encendieron el calor de los recuerdos.
Olvidé por un momento la celeridad
del mundo, para volver a ser un
niño.
Mientras se humedecían
mis rasgos de lágrimas y lluvia,
realicé al fin que recuperar
la transparencia del tiempo perdido
es sencillamente descubrir el velo
de una ventana.

Lomas de Zamora, 03 de setiembre de 2006
Valentín Borlazno
Nota: Fotograma extraído de ¨Un Perro Andaluz¨ de Dalí - Buñuel

martes, 27 de febrero de 2007

Los Demonios de Kafka

Diez mil veces he oído hablar de UNA palabra que me causa repulsión, y desprecio. Las dudas y las miserias de una fría humanidad descansan en la insensatez de una palabra: un pseudo delirio, oscuro, opaco, inimaginable.
Ella me habla de dolor, muertes, traiciones. Solo los hombres, seres imbéciles, que chorreantes de imbecilidad como fluidos toscos y asqueantes pululamos por la vida dejando nuestra estela de baba inmunda a nuestras espaldas. Solo los hombres, somos capaces de creer en esta mísera palabra. Ingenuos, fútiles, enamorados.
Una palabra. Una sucesión de cuatro grafemas asociados evocando una abstracción. Una abstracción… ¿Acaso las abstracciones deberían jactarse valerosas de representar algo en la mente de los hombres?. Jactantes de dolor son los hombres que creen en ellas. Y maldigo a la evolución de los años y de las necesidades homínidas que nos atribuyeron el habla, lo que solo logro hacernos una horda de seres taimados, soberbios y sensibles. Desde tiempo remotos escribas, poetas y filósofos estudiaron el sentir. Imbéciles ellos también que murieron en la incertidumbre de sus días, plagados de dudas y rebosados en soledades ignómitas.
Pobres de aquellos que morimos día a día como fervorosos creyentes de la fe en el amor. El amor, esa es la palabra que me causa repulsión y desprecio. Palabra excecricia. Maquiavélico artilugio que algún ser mas perverso que él inventó para coercionar a los hombres, para hacerlos inútiles servidores de otros hombres, incapaces de elegir por medio de sus propias convicciones. El amor no es una torre en una capital, no es una canción, ni un poema. Maldigo también a los poetas, orgullosos del fruto de su ¿magia? plasmada en un papel. Los maldigo y me maldigo. Maldigo a aquella energía universal que me deposito en este cuerpo y en este tiempo. Maldigo a las palabras y su influencia. Maldigo al amor que me ató a una locura sin fin.
¿Qué somos los hombres?. No somos mas que incrédulos masoquistas; que aferrados a una ilusión recorremos el camino al karma. ¿Es el amor un karma?.
El yin y el yang. El sano equilibrio que una mujer o un hombre es capaz de derrumbar. No es el odio una dicotomía, es la exacerbación del amor; es su complemento, es su necesidad. Se odia al amor porque se necesita amar. Se ama y se odia; se odia y se ama. No obstante ambos se tratan de lo mismo, una abstracción que nos hace felices. ¿La felicidad?, otra abstracción siniestra. Otros sufren y padecen a causa de la propia felicidad y del propio placer. La lógica de una cadena de sucesos siniestros dentro de la cual se desenvuelven nuestras vidas. Parecería ser que la muerte es necesaria para la vida, como el odio necesario para el amor. Seres infelices (dudo de su grado de infelicidad) padecieron en sus propias carnes el peso de este descubrimiento. Descubrieron inconcientemente la inexistencia real de las antítesis. Y así murieron. Murieron solos, alejados del mundo. Fueron locos, y odiados. Fueron revolucionarios de sus tiempos, y el fuego de la revolución consumió bajo su llama a sus cuerpos. ¿Será que mi destino es la muerte?. ¿Qué treta macabra me depara el sol del nuevo día?. Los demonios que a ellos atormentaron hoy me atormentan, y bajo sus designios siento el barro y la inmundicia que desborda de mi lecho, y fluye a mares por debajo de mis vestimentas. Albergo una única certeza en mis ocres días finales: la de mi muerte. Y en la antesala de mi final, mi vida es proyectada antes mis ojos como un tortuoso calvario; al fin y al cabo, fui un hombre imbécil que también creyó en el amor.

Valentín Borlazno
Nota: La imagen es¨Mujer Llorando¨ de Pablo Picasso.

domingo, 25 de febrero de 2007

Todo Tiene Un Comienzo...

La Belleza y el Mundo. Título por demás sugestivo.
La Belleza y el Mundo; ¿Acaso el mundo se ha convertido en un aciago aglomeramiento de seres y cosas que ha perdido su belleza?.
Y esto no obliga mas que a definir la categoría que pretendo defender. Si bien los cánones de belleza y perfección fueron variando sus matices en el seno de las diferentes escuelas artísticas y movimientos culturales a lo largo de la historia de la humanidad, algo prevaleció como común denominador: la paz que produce en el espectador cierto estímulo (una pintura, una persona, un paisaje), paz que se traduce en una sensación inefable de amor, armonía y que acaba por obnubilar los sentidos de quien los percibe.
A lo largo de estas virtuales páginas, voy a intentar retratar esa belleza que tanto ha movilizado a la humanidad.
Hace tiempo arribé a la certeza de que, la sensibilidad característica de los artistas que pudieron sentir en su cuerpo, en su carne, en sus víceras y hasta en sus entrañas, hizo que este cúmulo de sensaciones perdudaran como una huella imborrable en la blanca nieve que han sido los folios de la historia. Con sus manos crearon un legado que, estoicamente, sigue vigente hasta nuestros días. Y yo, un humilde servidor, solo intentaré, mas no sea como un fútil intento, compartir con ustedes esta certeza. Ni las epidemias, ni las hambrunas, ni las cruentas guerras pudieron destruir las manos de los artistas, quienes en un lienzo o en un papel; con tinta o con sangre han derribado al dolor y a la muerte para construir sobre ellos un futuro lleno de esperanza.
En nuestros días llenos de dolor y de miseria, en los que el mundo se presenta cada vez mas deshumanizado, mas despreocupado, enfermo de celeridad e inmediatez, quiero (con una actitud un tanto orgullosa, lo que me produce profunda vergüenza) ser un paladín del mensaje que aquellos hombres y mujeres nos dieron hace tantos años. Por eso, en las páginas que vendrán, trataré de mostrarles que no estamos tan solos, que una luz apacible y amorosa aún brilla en el portal de la caverna. Y esa luz se trasluce através de las poesías, en fragmentos de textos, en cuadros... Compartiré con ustedes algunos de mis textos y de mis poesías, como así también los de autores quienes, inmortales, nos esperan con sus brazos tendidos en el umbral de la luz...
¡Bienvenidos al Mundo y a la Belleza!

Maximiliano Albornoz (Valentín Borlazno)