jueves, 31 de marzo de 2011

Por Qué Seremos tan Hermosas


Por qué seremos tan perversas, tan mezquinas
(tan derramadas, tan abiertas) y abriremos la puerta de calle al
monstruo que mora en las esquinas, o
sea el cielo como una explosión de vaselina
como un chisporroteo, como tiro clavado en la nalguicie -y
por qué seremos tan sentadoras, tan bonitas
los llamaremos por sus nombres cuando todos nos sienten
(o sea cuando nadie nos escucha)
Por qué seremos tan pizpiretas, charlatanas
tan solteronas, tan dementes
por qué estaremos en esta densa fronda agitando la intimidad de las malezas
como una blandura escandalosa cuyos vellos se agiten muellemente
al ritmo de una música tropical, brasilera
Por qué
seremos tan disparatadas y brillantes
abordaremos con tocado de pluma el latrocinio
desparramando gráciles sentencias que no retrasarán la salva, no
pero que al menos permitirán guiñarle el ojo al fusilero
Por qué seremos tan despatarradas, tan obesas
sorbiendo en lentas aspiraciones el zumo de las noches peligrosas
tan entregadas, tan masoquistas, tan
-hedonísticamente hablando-
por qué seremos tan gozosas, tan gustosas
que no nos bastará el gesto airado del muchacho,
su curvada muñeca:
pretenderemos desollar su cuerpo
y extraer las secretas esponjas de la axila
tan denostadas, tan groseras
Por qué creeremos en la inmediatez,
en la proximidad de los milagros
circuidas de coros de vírgenes bebidas y asesinos dichosos
tan arriesgadas, tan audaces
pringando de dulces cremas los tocadores
cachando, curioseando
Por qué seremos tan superficiales, tan ligeras
encantadas de ahogarnos en las pieles
que nos recuerdan animales pavorosos y extintos,
fogosos, gigantescos
Por qué seremos tan sirenas, tan reinas
abroqueladas por los infinitos marasmos del romanticismo
tan lánguidas, tan magras
Por qué tan quebradizas las ojeras, tan pajiza la ojeada
tan de reaparecer en los estanques donde hubimos de hundirnos
salpicando, chorreando la felonía de la vida
tan nauseabunda, tan errática.

Néstor Perlongher,
Poeta, antropólogo, militante trotskista... Único.

lunes, 28 de marzo de 2011

Zafran


Para C.

Una puerta, una arcada
a través de la cual te veo,

erguida,
la sombra de tu cuerpo,
la onda de tus senos que
en infinita exquisités acarician
la cortina de encajes crema,

pendiéndose al son del viento,
        vistiéndote solo de cortina y credo
para pulverizar mis párpados con
tu belleza sublime de cuerpo
en sombra y cortina frente mío.

Cortina y puerta que se reproducen
por miles y centenares en todas
las habitaciones con puertas de madera,
en donde solo la imaginación cobra forma;
una forma que la punta de mis dedos
intenta alcanzar sin mayor éxito,
puesto que de tan cerca, ambos ebrios,
nos alejamos eternamente.

sábado, 26 de marzo de 2011

Será


¿Será que el beso de despedida es tan cruel
-tan miserable, tan penoso, tan reconfortante-
que paso mis días buscando dentre los
vagúmenes del subterráneo quien
podría (o quisiera) ser mi póxima besada?

¿Será tan tonto el último suspiro en tu boca
-tan terco, tan testarudo, tan puro-
que busco cebollas crudas sin aceite dentre las
cocinas de viejas decrépitas y hermosas,
para ahogarme más y más en mis lágrimas?

¿Será tan tortuosa la memoria
-tan alegre, tan oxidada, tan redentora-
que invento fotos amarillas para
archivar en un álbum marron cacáceo,
y atarme así con una cintabebé a tu recuerdo?

¿Será que no será todo tan nada
-tan todo, tan vos, tan vos, tan todos-
que escupo sapos por mis fauces de cocodrilo
para apagar el fuego del pantano absurdo
de este invento (llamado poema)?

[…] SERÁ

[…] SERÁ

[…] SERÁ

lunes, 14 de marzo de 2011

Réquiem del Humillado Corazón Puro (en cuatro partes)




I
Todas las mañanas despierto con ácido
amargo en la garganta, quebrada de
humos y gemidos que ahogan
el llanto
          en una repulsa fuerte
de improperios.

Despierto entre el éxtasis del dolor
prójimo y la insensatez del suicida
quien cercena su vida sobre
putrefacción y odios,

para gritar, gritar.
Gemidos de prostituta, sucia e impía.
Horrible, tan horrible como el olor
a guerra

                    - SANGRE, CARNE, GUSANOS, MIEDO -

Para odiar, gritar, gritar y gemir nuevamente
estertores, desastres.

Escupiendo pérfidas gotas de
cicuta entre palabras y aullidos,
helando almas y amores.
Imbécil… Imbécil…

II
Derramo odios como sangre por
mis vísceras, como peste exhalada
por mis pulmones, infestos de
heces;

Imbécil, derramo sangre, esgrimo
versos imperfectos que callan.

Callan horizontes, fantasmas.
Caníbales de sí, gustan de engullir
sentimientos y pasiones,
palabras y silencios malversos.

Fieros, gallardos, imbéciles.
Imbéciles, sinónimo de nosotros,
quienes dejamos callar los versos en
el banquete antropófago de la
muerte del poema.

III
Presiono fuerte el grafito, ebrio,
embebido en lágrimas.

IV
Redención en la perversidad
            en la herida profunda del desinterés,
en la gota de olvido que vierto.
El cuerpo inundado de melodías
            (austeras, monstruosas)
con cabezas de serpiente
     y cuerpo de insecto infernal,
esculpido de vellos, cubierto de esporas
            inmundicias

Inmundicias como el recuerdo y como la voz
perforante, torturante, terrible que grita:
“IMBÉCIL, IMBÉCIL, IMBÉCIL”.

viernes, 11 de marzo de 2011

Preguntas

¿Qué es la poesía sino
el cantar?

¿Qué es el cantar sino
el grito?

¿Qué es el grito sino
el llanto?

¿Qué es el llanto sino
el quebrar, el vivir, el morir y el todo?

¿Qué es el todo sino
la poesía?

¿Qué es la poesía sino
el todo?

Música, aleteo de gorriones, cantos,
llanto, perfumes de jazmín…

martes, 8 de marzo de 2011

Julieta




Suave, cual gota de rocío
que pende trémula del
último pétalo estival,

el aroma de tus brazos,
nácar, mandarina, ámbar.
Pura, cambiante como
pleamar, los vientos
incendian pasiones
de tu ser por vos,

quien no va sino viene,
sencilla y profunda,
paseándose entre sus
balcones de eterna Julieta.

miércoles, 2 de marzo de 2011

Oda a los Rebeldes


Celebro los versos que cantan a la vida,
al tonto cantar del éxtasis y lo ridículo.
Celebro a los rebeldes quienes al
río devuelven los versos que en la
tristeza buscan la profundidad y el
suicidio
- único destino para poetardos de poca monta -

Celebro los versos que cantan al absurdo,
a la rebeldía del ridículo,
a la estrofa mal armada que
escupe artilugios de felicidad en las
comisuras engañadas del amor y
la muerte.

Celebro los versos que no rezan amor,
que no profieren alabanzas en balcones
de amantes doncellas adolescentes,
quienes besan, quienes aman y esperan.
Celebro los versos que me quitan el
sueño, y sonámbulos gritan historias de
mujerzuelas, casquivanas y horrendas
(todas hermosas)…

Celebro los versos que prostituyen
lejos del suicidio y cerca de mi sonrisa,
de ratas vestidas con tules
y mordazas con manzanas para un manjar asado,
sobre la tierra del cetro y unicornios.