lunes, 7 de enero de 2008

A la Eterna Compañía

Para Domingo... Con este texto abro un nuevo año, esperando reencontrarme con lo que solía ser.
¡Que el 2008 nos encuentre fuerte a todos!.
Sin habernos conocido, gracias Viejito...
V.B.

Incansable compañía
de mis noches de soledad.
Ángel protector de mis días,
y de aquel Domingo de verdad.

Mentor de todo lo que no escribimos;
ahora nos toca hacerlo por separado.
Suplico por aquello que no vivimos,
sueño tu abrazo que estoy esperando.

Caballero guardián de un dragón dormido.
Epígrafe del libro de mi vida…
Sos el maestro desconocido,
a quien el alumno admira.

Maestro, cantor de contrapunto,
en la mano que marcan mis acordes
encontramos un sueño conjunto;
que ayuda a vencer mis profundos temores.

Receloso de los frutos, tus sueños,
que en tierra fértil han de crecer,
un renoval ha prendido extático.
Tu luz jamás perecerá.

Baquiano leal del joven,
inexperto de aventuras.
Marchás conmigo por la ruta,
impregnando tu huella desde la altura.

Me has legado mucho más
que esperanzas y direcciones,
más que palabras y letras,
denotadas en antiguas acciones.

El poder del destino,
no quiso que esta vida nos afronte;
que acompañes mi infantil camino,
ni que tu palabra me conforte.

Los años nos permitirán volver a encontrarnos.
Sé que me has aguardado,
y que en algún lugar podremos,
compartir lo que escribimos por separado.

Valentín Borlazno
Ciudad de Buenos Aires, 16 de julio de 2005