cuando la jaula ató
sus alas, y su canto alegre
se opacó por el silbido del ayer.
Deben volar las aves,
aunque el plumaje colorido
haya teñido mis propias
alas, y haya coloreado mi
propia existencia.
Deben buscar su propia
aventura
lejos de mis brazos,
para que yo también
pueda abrirlos, desplegarlos
y volar.
Deben volar libres las aves,
y dibujar nuevos colores
en otras latitudes.
Deben volar las aves,
y encontrarse en el vuelo,
susurrando nuevas melodías.
DEBEMOS volar las aves,
y llenar de luces otras
tierras.
Debemos finalmente volar las aves,
mas allá del horizonte,
mas allá de lo posible,
mas allá de la nada.
Debemos volar las aves.
Valentín Borlazno
Lomas de Zamora, 14 de mayo de 2009
1 comentario:
Sin límites, todos podemos volar... Todos nos DEBEMOS, el volar... Alto, muy alto. Sólo con el hirizonte por delante. Dejando la tierra abajo... Libres, con el viento en la cara. Te quiero mucho. Aye
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