“A ti sola, en cumplimiento de una promesa
que habrás olvidado como si fuera tuya.”
(Miguel Hernández)
Me mirás con tus ojos pardos,
como luna morena en la primavera
de nuestro tiempo;
ojos pardos, cabello oscuro pendiendo
de infinitos y diminutos hilos,
cuando en la brisa tu cuerpo,
danza perfecto en la armonía de lo bello,
queda suspendido en mis ojos por ellos.
Niña que por mujer serás siempre niña:
inspirás cada letra de mi recuerdo,
de épocas en tobogán,
alejándote y volviendo con la siempre
constante música de tus pasos.
Música que tu cuerpo emana,
encantándome con su ritmo,
su baile y la brisa pendida en años,
hilos, trajes y melodías eternas;
que son este poema “del no me dejes”
una declaración al “nunca”,
tanto como la coronación
de la ciudad en que vivimos,
la capital de un reino juntos.
Así me mirás con tus ojos pardos,
así volvés al poema,
así te busco en la comunión de nuestros ojos
durante los viajes por mil bambalinas.
1 comentario:
en que te inspiraste?
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