jueves, 26 de mayo de 2011

Canción 2

A la hora de la cena,
en el camino que va de mi biblioteca al comedor,
  redescubrí, en el dulce recuerdo,
el amor por Miguel Hernández...
Y que se de por aludida
quien deba darse por aludida

Negros ojos negros.
El mundo se abría
sobre sus pestañas
de negras distancias.
Dorada mirada.
El mundo se cierra
sobre sus pestañas
lluviosas y negras.

Miguel Hernández, Cancionero y Romancero de Ausencias 

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